jueves, 26 de marzo de 2009

Incoherencia en la universidad Carlos III de Madrid

En 2008 The Reuse Company, un spin-off de la universidad Carlos III de Madrid, desde el parque tecnológico de Leganés de dicha institución, sacó al mercado Themis, un corrector de vocabulario sexista, según informó Ameco Press. Contradiciendo a esta novedosa iniciativa, encontramos en los documentos y la página web de la universidad abundantes ejemplos de lenguaje que excluye a las mujeres. ¿Qué ha sido de lo de “predicar con el ejemplo”?





El programa Themis revisando el lenguaje de un documento



Themis empezó a desarrollarse en 1999 con el fin de lograr la inclusión de lenguaje no sexista tanto en los textos administrativos y oficiales, como en los medios de comunicación o en las universidades. Esto responde al Principio de Presencia de la Ley de Igualdad recogido en el Capítulo Primero del Titulo Segundo.



El programa es sencillo de manejar. Funciona como un corrector ortográfico que evalúa el vocabulario de directorios, páginas web, archivos, emails y proporciona un diccionario. Expone una amplia gama de opciones para sustituir cada uno de los términos utilizados de forma incorrecta y distingue según el contexto en qué casos una palabra ha de ser modificada y en cuáles no.










Criterios de corrección de Themis



En la presentación sobre Themis, se puede leer que va dirigido a “universidades, escuelas de periodismo”. Ahora bien, si analizamos los documentos (tanto administrativos como informativos), los correos electrónicos y las correcciones a los trabajos que se hacen en la universidad promotora del programa, nos encontramos con que Themis parece no estar instalado ni en los ordenadores ni en las mentalidades del personal universitario.



Primera objeción: la página web de la universidad. Como se muestra en la imagen del Campus Global, la presentación es correcta Bienvenido/a pero más abajo encontramos Correo para Alumnos.




Si, aunque parezca que no estamos incluidas, entramos en el correo electrónico, nos encontramos con un saludo que viola las leyes de concordancia “Bienvenido: Ana” y con emails de profesoras como este:







El asunto no empieza, sin embargo, ahí. Ya en los impresos de matrícula se puede percibir la concepción de lenguaje no excluyente que se tiene en la institución:







Más adelante aparecen los programas de asignaturas como Estudios de género: mujer, cine y literatura (excluyendo el lenguaje siempre en masculino de la profesora, feminista declarada, en una clase en la que de 40 personas hay 4 chicos).



Es posible que te encuentres con correcciones a trabajos como la que sigue:






Por último, llega la hora de examinarse y escribes tu nombre al lado de la inscripción “Alumno”.

Una universidad que crea un programa sin precedentes y luego no lo utiliza. Grandes proyectos y pocas acciones, ¿tan complicado es añadir una “a” o utilizar genéricos? La universidad Carlos III parece haber respondido. Mucha innovación, mucho proyecto ¿y para qué? Para que la Carlos III siga presumiendo de estupendOs alumnOs, grandes ingenierOs y maravillosOs profesorEs.

5 comentarios:

  1. Y así con casi todas las cosas. Contradicciones de esta sociedad.

    Me ha encantado tu artículo. Es valiente. Creo que personas como tú sois las llamadas a lograr el cambio.
    Sigue así, yo seguiré leyéndote

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  2. Gracias. Intentaré seguir con ello, confío en que con pequeñas aportaciones de todas las personas a las que nos preocupa el tema consigamos, poco a poco, modificar las cosas.

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  3. ¿En serio crees que con este tipo de iniciativas ayudas a erradicar la igualdad entre sexos? ¿De verdad me estás diciendo que te ofendes cuando escribes tu nombre al lado de "Alumno:"? Creo que sabes tan bien como yo que esto es quejarse por quejarse. Sí, había que buscar "polémica" (quizás sea un concepto demasiado grande) y decidiste escoger el tema más tonto. Espero que en tu clase de humanidades enseñen algo más que a quejarse por este tipo de boberías que sencillamente se emplean para ahorrar tiempo y espacio, que nunca se hicieron con una intención sexista y que cumple perfectamente con las normas lingüísticas del español.

    P.S. No pruebes a entrar en mi blog; y si lo haces, espero que no te guste.

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  4. Lo primero espero que este tipo de iniciativas no ayuden a "erradicar la igualdad entre sexos", espero que ayuden a "erradicar la DESIGUALDAD entre sexos".
    Sí, me ofendo por escribir mi nombre al lado de "alumno", tampoco me gusta que me llamen Juan, no me siento identificada, yo que sé por qué será... (recomiendo que leas la entrada sobre lo que nos contó Cristina Almeida)
    No busco polémica, si la creo es ya otra cosa. Escribo sobre asuntos cercanos a mí, que me afectan directamente. Me hizo gracia que buscando noticias me encontrara con la de la aparición de este programa y que, precisamente fuera de mi universidad.
    Informarte también de que existe en tu país un Ministerio de Igualdad que, entre sus objetivos, pretende lograr que el lenguaje no excluya a más del 50% de la población. Igual no es una tontería mía.
    El lenguaje sexista no ahorra espacio, hay una cosa que se llaman genéricos (también los propone el programa themis) que utilizan el mismo espacio (quizá alguna letra más o menos) e incluyen a ambos sexos: alumnado, profesorado, nombre (en vez de alumno), ciudadanía, ser humano (en vez de hombre)...
    No me gusta quejarme por quejarme. Me quejo por lo que realmente me molesta y trato de documentar lo que expongo todo lo que puedo y de seguir informándome sobre ello.

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  5. Muy bueno Ana, me ha encantado esta entrada.

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