Entonces, ¿por qué Byron?
La historia tuvo lugar hace unos años. En una de esas maravillosas e insuperables charlas compartida con las dos mujeres más importantes de mi vida: mi madre y mi hermana.
Por mucho que crezcamos nos sigue gustando que nuestra madre (haría una breve descripción de ella pero me siento incapaz, es inabarcable, mis ojos encharcados son los únicos que se atreven a hacer una aproximación) nos cuente cosas de cuando éramos pequeñas. Entonces, en uno de esos repentinos ataques de celos de hermana mayor (sí, los sigo padeciendo) le espeté:
- No es justo. El nombre de Clara tiene un significado especial, el mío simplemente “te gustaba”.
En este punto me parece indispensable hacer una aclaración sobre por qué es especial el nombre de mi hermana y por qué me dio tanta envidia.
Cuando mi madre, recién parida, estaba en el hospital con mi hermana en brazos
pasó por la habitación un amable cura con el que mantuvo la siguiente
conversación:
CURA (le supongo con sonrisa afable y habla pausada): ¡Qué niña más guapa! ¿Cómo se llama?
MI MADRE (mostrando la alegría de estar abrazando a su criatura pero marcando cierta distancia con el cura, no le agradan): Clara
CURA (enternecido): ¡Ohhh! ¿Por Santa Clara?
MI MADRE (tajante): NO. Por Clara Campoamor.
Así que mi hermana lleva el nombre de quien logró el voto femenino para la mujer en España, y yo un nombre común que le parecía bonito. No sé si se entiende mi pequeño resquemor.
Pero volvamos a la historia. Yo había mostrado mi descontento. Mi madre, de la cual he heredado el tener respuestas para todo y la capacidad de improvisación, puso su cara de estar inventándose algo genial y, en cuestión de segundos, estiró su brazo, con gesto seguro, y alto y claro dijo “Y el tuyo es por Anna Byron, la primera programadora informática”. Cara de satisfacción, el rostro se relaja. Profunda vergüenza la mía por haber pensado que mi madre había puesto más empeño en la elección del nombre de mi hermana que en la del mío.
Es cierto que no se llamaba Anna sino Ada Byron (fallo técnico) y que, realmente se la conoce más como Ada Lovelace o Ada King condesa de Lovelace que como Ada Byron (su apellido de soltera), pero ¡qué más se le puede pedir a una respuesta elaborada en menos de un minuto!
Desde ese día me identifique con el nombre de Byron, por lo que significó Ada en la historia y para las mujeres, pero, sobre todo, por mi madre, por la persona que más significa en mi historia y en mi identificación con el feminismo.
Porque cada vez que veo el nombre de Byron veo esa cara de triunfo tras el argumento que se sacó de la manga. Porque ese nombre es mi madre en estado puro y, cuanto más logre parecerme a ella, mejor.