sábado, 26 de marzo de 2011

Zanele Muholi

Apinda Mpako and Ayanda Magudulela, Parktown, Johannesburg 2007
Being, 2007


Zanele Muholi. Un nombre que he escuchado hoy por primera vez pero que no voy a permitir que se me olvide. Esta mañana he estado en el estreno de Difficult love, un documental del que ella es co-directora y que describe el trabajo que, desde hace años, hace esta mujer, esta artista, que se considera a sí misma "visual activist" (activista visual). Sobre el documental... Zanele Muholi muestra, a través de su trabajo, de sus protagonistas, lo que significa se una mujer, negra y lesbiana en Sudáfrica. La lucha diaria de mujeres que, como ella, lidian con la homofobia a diario, mujeres que arriesgan su vida por ser fieles a lo que son.
Massa and Minah 2, 2008
 48 minutos. 48 minutos en los que un sala de cine llena de gente sueca y no sueca, blanca y negra que contempla y enmudece. Nos lleva de viaje a través de vidas de gente común, parejas que viven debajo de un puente porque han sido rechazas por la sociedad por quererse. Nos cuenta a través de sus fotografías de cuerpos femeninos que se quieren. Nos habla de amor y de su belleza "I keep showing love as much as I know I'm hurting inside", dice. Porque le duele, le duelen las historias de personas rechazadas por ser honestas, por ser ellas mismas. Habla a la cámara despeinada, recién levantada "porque así soy, me acabo de levantar y así es como estoy". Se acaban esos 48 minutos que han llegado al corazón de la sala y retumban los aplausos. "Uff", resoplo. La gente se mueve en sus asientos y de repente aparece un micrófono, un hombre emocionado, un artista "queer", blanco que acaba de verse reflejado en la piel azabache de Zanele. Y sube ella al pequeño escenario. Completamente inesperado, se me escapa una lagrimilla mientras me deshago en aplausos. Toda la sala atenta a lo que tenga que decir. Las voces que llegan al micrófono solo dan las gracias. Yo creo que todo el mundo compartimos el mismo sentimiento. Ese calor que se instala muy dentro llenando de energía, humedece los ojos y dibuja una sonrisa. La certeza de encontrarse ante una persona valiente, honesta, fuerte pero no dura sino tremendamente sensible. Zanele habla y la sala escucha. Desprende sinceridad, pureza en cada una de las palabras que pronuncia, en cada uno de sus gestos y en sus carcajadas.
 "Veo esta sala, completamente llena de gente de todos los colores y... me dan ganas de echarme a llorar" y contiene con su mano esas lágrimas. Así de sencilla.  A mí me ha dejado ese sentimiento de bienestar, de orgullo y admiración y algunas de sus palabras. Zanele no entiende a las personas homofóbicas, dice que cualquier mujer puede parir a una persona homosexual (digamos LGBTI), puede ser su padre, su hermano o su abuelo... "If you are a mother and you know how it does feel, why would you treat a child of another mother like that?" (Si eres madre y sabes cómo se siente una mujer al ser madre... ¿cómo puedes tratar a la hija o hijo de otra madre así?). Zanele no se rinde y no agacha la cabeza ante todas esas personas que se oponen a su trabajo en África o en el resto del mundo. Le preguntan en qué se traduce ese rechazo de la sociedad, qué consecuencias trae. Ella dice que el resultado es que no van a financiar su proyecto, que le va a costar más sacarlo adelante pero le da igual porque, de esta forma "puedo decir lo que quiero decir". Y vaya si lo dice.
Katlego Mashiloane and Nosipho Lavuta, Ext. 2, Lakeside, Johannesburg 2007

Zanele, que da talleres gratuitos de fotografía a mujeres en su país, abandona la sala diciéndole al público que se acerque a ella si tiene alguna idea, si quiere colaborar con ella, si tiene alguna historia que contar. Porque sabe que todo el mundo puede colaborar, todo el mundo tiene voz.

Yo... me quito el sombrero.