miércoles, 29 de abril de 2009

HISTERIA

No, aunque lo parezca, no he abandonado el blog. No he dejado de escribir, pero estoy atravesando un adorable momento (es lo que tienen los finales de curso) en que sólo escribo trabajos, trabajos y más trabajos. Pero he vuelto, aunque con poquita cosa, pero he vuelto (a ver si me dura la nueva racha).

Ayer me encontré, en uno de mis momentos de distracción absurda aunque imprescindible cuando el tiempo falta para hacer todo lo que tengo pendiente, ante el huequecillo en blanco del Tuenti (sí, soy adicta, dicen que el primer paso es reconocerlo) que sigue a la palabra "estoy". Y empecé a pensar... estoy... ¿estresada? ¿nerviosa? ¿agobiada? Y me vino a la cabeza el término perfecto: HISTÉRICA. Perfecto no porque describiera mi situación (para nada), sino porque me arrancó la sonrisa que necesitaba en ese momento. Me explico...

Hace ya algún mes, cuando aún tenía esa asignatura de feminismo que nos dio a todas las alumnas una gafas violeta de esas con las que Gema Lienas me enseñó hace tiempo a mirar el mundo, llegó una magnífica mujer (a la que votaré para la presidencia sin lugar a dudas, ella lo entiende) con los ojos muy abiertos (muestra de su suprema indignación) y me dijo: "¿a que no sabes de lo que me enteré ayer? De que vagina viene del griego hysteria. Un poco fuerte, ¿verdad?"

Otra vez a vueltas con el lenguaje... realmente es histeria la palabra que deriva del griego ὑστέρα que significa útero, pero tampoco es tan relevante... El caso es que nos hizo pararnos a pensar en cómo se le había dado a una enfermedad nerviosa crónica el nombre de una parte del aparato reproductor femenino. Tener útero y ser una histérica eran, al menos lingüísticamente, inseparables. Por supuesto no es la única palabra sexista del diccionario, la entrada de mujer, sin ir más lejos, es bastante interesante de leer.

Como mínimo hay que admitir que es curioso... ¿por qué logra provocarme una sonrisa el término? Porque a partir de ese día no pudimos evitar las bromas del tipo "Vaya, parece que hoy estás bastante vagina" o "¡es que me pone vagina!". Sí, una tontería de broma, pero nos hace reír, nos distrae un poco de la monotonía de las clases que, la verdad, nos hace mucha falta.

martes, 14 de abril de 2009

Te doy mis ojos - Icíar Bollaín


Dos personas que no se valoran en absoluto. Dos seres inseguros con un sentimiento enorme de inferioridad. Miedo. Mucho miedo. Miedo a no ser queridos, miedo al abandono, miedo a la soledad y miedo a los sentimientos. El mismo punto de partida.

Dos personas que forman parte de una sociedad patriarcal. Un hombre que no puede mostrar su debilidad, una mujer que no puede gritar su dolor. Un hombre que sufre y vocea, golpea hasta que su flaqueza se convierte en una imparable fuerza. Una mujer que sufre y calla, llora en silencio hasta que ya no queda dolor y todo es tranquilidad, estabilidad y comodidad.

Él sustenta su existencia en poseerla a ella, ella en cambiarlo a él. Él golpea y ella pide perdón.

Esclavos del patriarcado. Una víctima y un verdugo. Pero esas cadenas se pueden romper: terapia para maltratadores, abandono del hogar. Tomar consciencia de la situación y resolverla. A veces, como en el caso de Pilar, se logra deshacerse del yugo, otras, como le pasa a Antonio, la huída no triunfa, quizás era demasiado complicado o quizás no parecía tan malo el papel que tocaba representar.


Otra vez una imposición se convierte en disfrute. Es la segunda o la tercera vez que veo esta película y me ha estremecido más, si cabe, que la vez anterior y me ha hecho pensar aún más. Si alguien aún no ha visto esa película recomiendo que la vea. Porque muestra aquello que no vemos tan a menudo. No hay caras destrozadas, ni terribles palizas; la crudeza de la violencia de género no necesita de moratones para darse a conocer. Antonio no es un ser despreciable, no es un monstruo, es otra víctima más. Por supuesto no justifico a los maltratadores, pero también a ellos hay que comprenderlos y ayudarlos (aunque ello no quita que deba de hacerse entre rejas).

miércoles, 1 de abril de 2009

Conversaciones sobre igualdad de género

- En muchos casos los hombres cobran más que las mujeres por el mismo trabajo
- También hay mujeres que cobran más que los hombres
- ¿Como por ejemplo?
- Las actrices porno

Ya sabéis chicas. Abandonad la universidad. El futuro está en el porno, o en la prostitución, ahí también cobran más las mujeres. La igualdad existe, lo que pasa es que no la buscamos en el lugar correcto.